Día 9 del décimo ciclo

En la mañana, después de caminata, ducha y desayuno, fui al Banco del Caribe a buscar ¡por fin! mi certificado de los Bonos del Sur II. Me habían llamado el viernes en la tarde para decirme que podía pasar a buscarlos cuando quisiera.

Almuerzo: pescado para todos. Carmen y Jorge comieron unas ruedas de salmón y yo una lamparosa que me había regalado Vito, el pescadero. Le pregunté por unas que vi en la nevera, y me dijo que aunque se ven tan planas, tienen buena carne. Para demostrármelo, tomó una y le dijo a uno de los empleados que me la limpiara. ¡Te sorprenderás! me dijo cuando me la entregó. La verdad es que estaba bien sabrosa. La carne es bastante firme y de buen sabor (cuando mi paladar vuelva a la normalidad seguramente la apreciaré más todavía).

Hay un joropo oriental cuya letra dice:
Unos dicen que el carite,
otros que la lamparosa,
pero el coro-coro tiene
la cabeza más sabrosa

Coro-coro fresco, boca colorá
si te comes la cabeza, la cabeza, te quedas en Cumaná
si te comes la cabeza, te quedas en Cumaná

En la tarde llevé a Carmen a su consulta con el odontólogo. Estuve leyendo algo de Alatriste, y cuando estaba a punto de caer dormido (eran las 3 de la tarde), llegó Ónix que tenía cita también, acompañada de Edgar, su papá (el consuegro). Conversamos entonces un buen rato mientras salía Carmen.

Al salir, pasamos por Santa Mónica a buscar unos bollitos de jojoto para la cena, y algo de queso. Hay una tiendita bien buena justo al lado de la arepería que mencionaba hace algunas semanas. Hay buenos quesos frescos: de cabra, telita, palmizulia, primavera y, además de los bollitos de jojoto, a veces hay también de chicharrón.

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