Días 9 y 10 del octavo ciclo

Martes 30/10/2007 (Día 9)
Salí a caminar a las 7 a.m. Esta vez Carmen y Jorge no me acompañaron.

Luego del baño y el desayuno, llevé a Carmen al Banco a solicitar una nueva tarjeta de débito, pues la anterior se la tragó un cajero electrónico. Llegamos pasadas las 9. Cuando sacó el ticket y vio que tenía 31 clientes por delante, decidió que nos fuéramos a hacer lo otro que teníamos previsto esta mañana: ir a las oficinas de Margarita International Resort Villages, donde tenemos una semana, a pagar el condominio del 2008 y a reservar nuestra semana. Las últimas veces que hemos ido, con la libertad de los jubilados, hemos aprovechado temporadas en las que no hay mucha gente en la isla, y ha resultado que la semana antes de carnaval o Semana Santa todo está limpiecito y listo para la llegada de los temporadistas la semana siguiente, y bien tranquilo. Esta vez escogimos la semana antes de carnaval, en la que cae el cumpleaños de Carmen, así que lo celebraremos por allá los dos, y al regreso de nuevo con los muchachos y sus parejas.

Volvimos a pasar por el banco, y había tanta gente como más temprano, así que hoy no era el día para ese trámite.

Al regreso la señora que nos ayuda los martes y viernes, nos tenía un pasticho que le quedó muy bueno.

En la tarde, una siestecita, algo de lectura y de trabajo en la computadora (el sitio web de la XIV JAI del IPC siempre requiere alguna actualización).


Miércoles 31/10/2007 (Día 10)
Amaneció lloviendo, así que no caminé en la mañana.
Tenía una reunión, a las 9, en la Dirección de Informática de la UPEL. Me fui hasta la sede rectoral de la Universidad, que queda en Gato Negro, dentro del Parque del Oeste, porque allí es fácil estacionar, y tomando el metro en pocos minutos estoy en la estación Pérez Bonalde, al lado de la cual queda el edificio donde están varias oficinas de la UPEL, entre ellas la de Informática. Como me lo esperaba, no había nadie todavía sino el convocante de la reunión, así que aproveché de conversar con el administrador de la red sobre la instalación de RAIP-UPEL (Registro Automatizado de Investigación y Postgrado), en el que vengo trabajando desde hace más o menos un año en un servidor de prueba y que no se ha podido instalar en un servidor de la universidad desde antes de mi operación. Ha habido dificultades para importar la base de datos en ese servidor, y por eso está trancado el proceso. El Vicerrectorado de Investigación y Postgrado, que me encargó ese trabajo, necesita que los investigadores de la universidad comiencen a registrar sus datos allí. Llevé unos archivos con la base de datos para intentar resolver el problema junto con el administrador, pero no logramos nada. Él me sugirió que instalara en mi máquina todo el sistema usando las versiones de PHP y MySQL que están usando allá, a ver si me daba el mismo problema.

En la tarde, después de almorzar, bajé de Internet un paquete llamado WAMP que instala en una sola operación el servidor web Apache, PHP y MySQL. Pude importar sin ningún problema la base de datos y la página estaba funcionando perfectamente en no más de 10 minutos. Llamé al administrador y le conté lo que había hecho. Me propuso que desde la nueva versión que había instalado, exportara la base de datos y le enviara el archivo resultante por correo para él intentar importarlo en el servidor de Informática. Espero que haya funcionado, pero no he tenido más noticias, aunque le mandé un correo preguntándole qué había pasado. Lo llamaré nuevamente, a ver si resultó.

En la tarde, a eso de las 6, fuimos a caminar a Santa Fé. Carmen me acompañó. Desde allá hay una bonita vista del este de Caracas, y a esa hora se veía impresionante un río rojo de luces, la cola de carros que van hacia Petare pasando junto al CCCT, y el río blanco de los carros que vienen hacia el oeste.


Esta semana se celebró en Caracas el VI Salón Internacional de Gastronomía, con muchas actividades, conferencias y catas (algunas con un costo millonario, como la vertical de Château d'Yquem, el más famoso de los vinos de Sauternes). Estuvo de visita el famoso chef catalán Santi Santamaría, y de él escribió Miro Popic en Tal Cual:

Santi Santamaría estuvo en Caracas. Vino, habló y convenció. Dijo que el secreto de la cocina está en cocinar, cocinar y cocinar, todos los días, la misma receta, a la perfección, y no en un show de televisión o en pasarelas de moda. No tengo cintura para ello, dijo textualmente.

[...]

Santi Santamaría
es un tío sensacional que comenzó a cocinar por necesidad y hoy tiene varios restaurantes en España con unas cuantas estrellas Michelin. Su cocina se basa en la calidad de los productos y el respeto por lo sabores originales, sin mayor intervención que el fuego y los sartenes. Es todo lo opuesto a la cacareada cocina esa llamada molecular donde todo es espumas, nitrógeno, polvos mágicos, laboratorio, etc. Razón tiene porque ¿para qué comer espuma de cocido madrileño cuando me puedo comer el cocido contando los garbanzos uno a uno?

[...]

Y la mejor manera de resumir su pensamiento está en estas palabras suyas: la verdad ocurre de los fogones al plato, del plato a la boca y de la boca al corazón.

La verdad de esta sentencia pudimos comprobarla 12 afortunados que, como los doce apóstoles, tuvimos la fortuna de asistir a un almuerzo en la propia cocina con Santi Santamaría. Por iniciativa de Héctor Soucy y Alianza Gormet, en la escuela Collectania de Los Palos Grandes, Santi estuvo cocinando, con sus dos ayudantes desde las 7 de la mañana y, nosotros, comiendo desde la 1 hasta las 6 de la tarde, un menú de 24 platos preparados uno por uno, al frente de los fogones, al calor de los sartenes, entre aromas de azafrán y papelón con limón. Todo, o casi, Santi lo había comprado esa mañana en el mercado de Quinta Crespo, lo que le dio más valor a esta extraordinaria experiencia, única en el mundo con un cocinero de su categoría, en un país como el nuestro, tan abandonado de buenas cosas últimamente.

¿Qué comimos? ¡Migas de pan, casabe, ciruelas! Veamos, por estricto orden de presentación: chips de yuca frita en aceite de oliva; arepitas rellenas con crema y huevas de salmón; casabe con laulau del Orinoco ahumado; papitas arrugadas con mojo verde; huevos de codorniz a la crema de pimientos rojos, ensalada de alcachofas, rabanitos, aguacate y aceite de albahaca; sabateras de Montseny; coliflor, anchoas y emulsión de berros; foie-gras de pato en dos cocciones; ravioli de calabaza con queso de telita y miel; migas de pan con ajo, perejil y jamón; arroz al ajo venezolano; sepieta del Mediterráneo con sofrito y verdolaga; tallarines cortados a mano con brotes de col y puerro salteado con aceite de tomillo; tripas de bacalao con pasas, alcaparras y almendras; langostinos del Delta al aroma de curry; consume de verduras y jengibre; mollejas de ternera a la canela; bacalao confitado al aceite de oliva con judías y chicharrón; pichón en su sangre con ensalada; cabrito de Cataluña lacado con cebollitas glaseadas; granizado de papelón al limón con yogurt y menta; ciruelas del Jarillo a la pimienta y helado de vainilla natural.

¡De verdad, nos llegó al corazón!

Comentarios

  1. No se si al corazon Gran Gu, pero en el estomago, si que me pego!
    ¿tienes idea de por que,sea cual sea la circunstacia de la cita,en venezuela a la hora fijada solo esta el convocante y, si acaso, una persona mas? Creo que es algo digno de estudio...

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  2. ¿Te pegó en el estomago? ¿No viste un reportaje sobre el mismo Santamaría en Todo en Domingo del Nacional de hoy? Voy a hacer el enlace en el post que corresponde a hoy.

    ¡Qué raro!, ¿verdad? que a la propia hora de la reunión no haya nadie más que el que convoca, ¿en Venezuela? ¡rarísimo!

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  3. jajaja No lei el reportaje porque hoy fue uno de esos domingos en los que mi cuaima y yo tenemos la flojera desatada, asi que no salimos ni a comprar el periodico siquiera

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