¡Comenzó mi cuarto ciclo! Tuve mi consulta con la Dra. Arbona. Aunque llegué pasadas las 8 a.m., fui atendido a las 12:30 m. Como nos vamos (Carmen siempre me acompaña) resignados a que eso puede ocurrir, vamos preparados: nos leímos todo El Nacional, me leí una novela corta de Manuel Vázquez Montalbán -Cuarteto-, Carmen resolvió varios sudokus, y otros pasatiempos que le gustan,... así que aguantamos sin problema. La Dra. me encontró muy bien, los resultados del examen de sangre, totalmente normales. Aumenté un kilito más. No me lo esperaba, aunque a Carmen no le extrañó.
Al salir del consultorio, nos comimos unos sandwiches para mitigar el hambre, pues ya sabíamos que saldríamos de la terapia como a las 5 p.m. Así fue. Arriba en la Unidad de Quimioterapia tuve que esperar un rato, porque estaban los puestos ocupados (hay algunos fuera de servicio temporalmente porque están haciendo una remodelación para cumplir con las normas), así que hasta que no terminaron varios, no me tocó mi turno. Todo bien, ninguna molestia. La verdad es que me parece increíble que metiéndome tantos medicamentos en mi cuerpo, no sienta ni un mareíto. Me sigue pasando algo que he contado antes: los calambres en la mandíbula que al principio asocié con el frío, pero que ya sé que no tiene nada que ver con eso. Lo siento al comenzar a comer cualquier cosa, al dar el primer bocado. Enseguida se me pasa. Si vuelvo a comer un rato después, vuelve a presentarse.
Al salir del consultorio, nos comimos unos sandwiches para mitigar el hambre, pues ya sabíamos que saldríamos de la terapia como a las 5 p.m. Así fue. Arriba en la Unidad de Quimioterapia tuve que esperar un rato, porque estaban los puestos ocupados (hay algunos fuera de servicio temporalmente porque están haciendo una remodelación para cumplir con las normas), así que hasta que no terminaron varios, no me tocó mi turno. Todo bien, ninguna molestia. La verdad es que me parece increíble que metiéndome tantos medicamentos en mi cuerpo, no sienta ni un mareíto. Me sigue pasando algo que he contado antes: los calambres en la mandíbula que al principio asocié con el frío, pero que ya sé que no tiene nada que ver con eso. Lo siento al comenzar a comer cualquier cosa, al dar el primer bocado. Enseguida se me pasa. Si vuelvo a comer un rato después, vuelve a presentarse.
Hola Alejandro
ResponderBorrarYa regresé de Puerto Píritu, y asumo la suplencia de tibu y espero que regrese pronto.
Ya te dije en alguna oportunidad, que los calambres en la mandíbula son un truco de los doctores para que recuerdes que debes comer poco, imagínate sin calambres, cuántos kilos aumentarías?
Me alegro que Diego lo haya pasado bien en Río de Janeiro, y para estar una semana de turismo combinada con trabajo, conoció bastante, más aun cuando cuenta poco de los sitios nocturnos a los cuales fue con los compañeros.
Te comento en este blog, lo que muchas veces te he escrito en los correos, me encanta, en cada entrada uno aprende algo, al principio la enfermedad, medicamentos, etc, luego se ha convertido en un referente de comidas, restaurares, libros, anécdotas, turismo, poesía, el amor a los hijos, a la familia a la esposa, esperar los comentarios de tibu cual novela por capítulos, realmente me gusta. En esta última entrada te permites hacernos el link con el escritor y la novela, asumo que eres crispolo?? Y eses es tu comentario sobre el cuarteto?
Un abrazo
Julia
Hola, Julia
ResponderBorrarYa veo que estás cumpliendo con la suplencia prometida. ¡Qué bueno!
Supongo por lo que dices de los calambres que los doctores le mandan a poner en el suero a los comelones algo escondido para provocarlos y frenarnos un poco el pico, je je. Esta semana, después de saber que aumenté un kilo, estoy tratando de medirme un poco más con la comida, aunque la Dra. Arbona se lo atribuye en parte a la Dexametasona.
Pues sí, a Diego le fue muy bien. En enero parece que viajará de nuevo a otro curso, ya más directamente relacionado con lo que va a ser su trabajo específico. Al principio la dijeron que sería en Abu Dhabi, pero parece que será más bien en Houston. En cualquier caso, está muy contento.
Me alegra que estés disfrutando este blog. Y me alegraría que ayude a otras personas que lo lean a ver que la pelea es peleando, y que esta enfermedad puede ser enfrentada con éxito. Claro, entiendo que el cáncer de colon es relativamente benigno, si se ataja a tiempo (¿una gripe oncológica?), pero he podido ver y hablar con gente con problemas más serios y también lo enfrentan con entereza y optimismo, en muchos casos.
No, Io non sonno Críspolo, ni ese es mi comentario sobre el Cuarteto de Vázquez Montalbán. La verdad es que el libro no me resultó tan agradable de leer como los de Camilleri. En realidad lo compré porque estaba buscando alguno de los casos de Pepe Carvalho, el detective de Vázquez Montalbán, que inspiró el Montalbano de Camilleri. Debes haber visto en la entrada sobre Vázquez Montalbán en la Wikipedia que Carvalho es un detective gastrónomo y cincuentón. Ahí está el parentesco con Montalbano. Conmigo no, yo no soy detective. Y ser comelón no es exactamente ser gastrónomo, ¿verdad?
Un abrazo