¡Efectivamente! No hubo mayor diferencia entre hacerme los exámenes el domingo y hacérmelos el lunes en la mañana. Terminamos saliendo de la quimioterapia a las 5:30 p.m. ¡Claro!, mi cita estaba fijada a las 11:15, y los resultados me los entregaron a las 11:20, y a esa hora fue cuando me anuncié, así que quedé detrás de quienes ya tenían sus exámenes listos para esa hora. Para las próximas dos semanas mis citas serán a las 9:15, así que pienso que sí valdrá la pena ir al laboratorio el domingo -y desayunar en Arepa Factory, o en Saint Honoré, pa' variar (ya va Tibu a recordarme otra vez que este es un blog de quimioterapia y no de cocina. Lo que pasa es que todo este proceso me ha llevado a ser consciente de cuán importante es la cocina para mi, y a empezar a transformarme de un comelón en un gastrónomo, lo que suena mucho más digno).
En la consulta la Dra. Arbona me encontró muy bien otra vez. Todos los valores sanguíneos normales, aunque las plaquetas han venido bajando poco a poco, aunque siempre dentro de la normalidad. La cosa es que si sigo así pronto estaré por debajo. Le pregunté por la sopa de pata de pollo, y como que no cree mucho en eso. Vamos a ver si podemos demostrarle que funciona, allá todo el mundo le tiene mucha fe. Mi valor hoy fue de 173.000, y en los informes de dos laboratorios que tengo indican como normal 130.000 a 440.000 uno, y 140.000 a 440.000 el otro, aunque en varias páginas de Internet encuentro más bien 150.000 a 400.000. Tomaré mis sopitas y mi tomate de palo esta semana y veremos cómo estoy el domingo. Voy a trabajar también con las relajaciones de Marianela Castés, que deberían ayudar con el sistema inmunológico (hace tiempo que no las hago, la verdad).
En respuesta a un comentario a la entrada de los días 11 y 12 del cuarto ciclo, decía: "fuimos a celebrar en La Cita, en la Candelaria, el fin de la terapia de Jorge". Eso es algo de lo que no había querido decir nada aquí porque la abuela de Jorge -Zenobia, mi mamá- no estaba enterada de que a Jorge le fue diagnosticado en febrero pasado un linfoma o enfermedad de Hodgkin, y que había tenido que someterse a quimioterapia también por seis meses. No queríamos que algún familiar o amigo que pudiera leer eso aquí se lo comentara, con la mejor intención, y metiera la pata. Ya no hay esa preocupación porque mi hermana Ileana ya le contó. Ella estaba muy preocupada porque lo veía muy gordo y porque estaba comiendo mucho: la Prednisona que estaba tomando produce ese efecto, además de darle mucha hambre, también lo hace retener líquido y lo hincha. Lo cierto es que tanto le preguntó a Ileana si no lo veía raro, que si tenía ojeras, que si su coco pelado se veía diferente a cuando se había rapado varias veces antes..., hasta que Ileana se lo contó hace tres días. Le angustió un poco, pero no es lo mismo que lo sepa cuando ya terminó el tratamiento, con muy buenos resultados, que pasar por la preocupación que todos teníamos inicialmente de cuáles podrían ser los efectos en el organismo de Jorge, conociendo tantos cuentos de cómo la quimioterapia causaba estragos en los pacientes. Ahora sabemos que los efectos secundarios pueden ser muy bien controlados, y Jorge toleró perfectamente su tratamiento. Los resultados de sus exámenes han sido muy buenos, y el CT-PET mostró que no había ninguna actividad tumoral en su cuerpo. El CT-PET es un examen que, por medio de tomografía y un medio de contraste mide la actividad de células cancerosas a través de la absorción de glucosa. Al haber actividad cancerosa en algún lugar del cuerpo, la absorción de glucosa es mayor y eso puede verse claramente en las placas.
Al conocer el diagnóstico de Jorge, supimos que este tipo de linfoma es sumamente tratable. El llamado "no-Hodgkin", por el contrario es muy agresivo, mientras que éste responde muy bien al tratamiento. El linfoma de Hodgkin ataca los ganglios. No es operable. A Jorge se le planteó un programa de ocho ciclos de medicación de 21 días cada uno. Tuvo que ir al centro de quimioterapia de la Clínica La Floresta (donde me están tratando a mi también) a recibir quimio intravenosa cuatro veces dentro de cada ciclo (días 1, 2, 3 y 8). Allá pasaba entre 3 y 5 horas, dependiendo del día, pues las aplicaciones son diferentes cada vez. Además desde el día 1 al 14 tenía que tomar un poco de medicamentos por vía oral, y del día 15 al 21 descansaba. El plan es mucho más fuerte que el mío, porque en mi caso es preventivo: a mi me sacaron todas las células cancerosas al operarme, mientras que en el caso de él, los medicamentos tenían que matarlas todas.
La cosa ha sido más fuerte de lo que había contado hasta ahora, pero lo hemos enfrentado de la misma manera. Al conocer el diagnóstico de él nos asustamos más de lo que nos asustamos con el mío más tarde, pero nos dijimos "¡vamos a enfrentar esto y vamos a vencerlo!". Jorge ha mostrado una entereza increíble desde el primer momento, y ha trabajado intensamente para curarse. Él, que siempre ha sido un chamo sumamente despreocupado y hasta desordenado, lleva un archivo con todos los exámenes, informes, récipes, placas, etc. de su enfermedad, con un orden y una minuciosidad excepcionales. Él ha sido un ejemplo para mi: si se ha enfrentado a su cáncer de esa manera tan disciplinada, para su alimentación, para las tomas de sus medicamentos, y para todo lo demás, y sin flaquear en ningún momento, ¿cómo voy yo a actuar de otra manera? La familia toda ha cerrado filas para enfrentar la adversidad, y esto es algo que nos ha unido más todavía.
En ambos casos hemos oído que llaman a estos dos tipos de cáncer “gripes oncológicas”, por lo bueno del pronóstico después del tratamiento (así me lo ha dicho Julia, quien desde que supo de la enfermedad de Jorge nos ha ayudado muchísimo, ¡gracias una vez más!), así que pronto ambos serán recuerdos y enormes aprendizajes para todos.
Ese almuerzo del sábado en la Candelaria, y el del domingo aquí en casa, forman parte de las fiestas patronales para celebrar el fin de la terapia de Jorge, y que tendrán que seguir hasta que él ya pueda brindar con la champaña que tenemos en la nevera esperando ese momento.
Aquí está Jorge con la Dra. Arbona, el día de la primera consulta de control después de terminada la quimioterapia.
En la consulta la Dra. Arbona me encontró muy bien otra vez. Todos los valores sanguíneos normales, aunque las plaquetas han venido bajando poco a poco, aunque siempre dentro de la normalidad. La cosa es que si sigo así pronto estaré por debajo. Le pregunté por la sopa de pata de pollo, y como que no cree mucho en eso. Vamos a ver si podemos demostrarle que funciona, allá todo el mundo le tiene mucha fe. Mi valor hoy fue de 173.000, y en los informes de dos laboratorios que tengo indican como normal 130.000 a 440.000 uno, y 140.000 a 440.000 el otro, aunque en varias páginas de Internet encuentro más bien 150.000 a 400.000. Tomaré mis sopitas y mi tomate de palo esta semana y veremos cómo estoy el domingo. Voy a trabajar también con las relajaciones de Marianela Castés, que deberían ayudar con el sistema inmunológico (hace tiempo que no las hago, la verdad).
En respuesta a un comentario a la entrada de los días 11 y 12 del cuarto ciclo, decía: "fuimos a celebrar en La Cita, en la Candelaria, el fin de la terapia de Jorge". Eso es algo de lo que no había querido decir nada aquí porque la abuela de Jorge -Zenobia, mi mamá- no estaba enterada de que a Jorge le fue diagnosticado en febrero pasado un linfoma o enfermedad de Hodgkin, y que había tenido que someterse a quimioterapia también por seis meses. No queríamos que algún familiar o amigo que pudiera leer eso aquí se lo comentara, con la mejor intención, y metiera la pata. Ya no hay esa preocupación porque mi hermana Ileana ya le contó. Ella estaba muy preocupada porque lo veía muy gordo y porque estaba comiendo mucho: la Prednisona que estaba tomando produce ese efecto, además de darle mucha hambre, también lo hace retener líquido y lo hincha. Lo cierto es que tanto le preguntó a Ileana si no lo veía raro, que si tenía ojeras, que si su coco pelado se veía diferente a cuando se había rapado varias veces antes..., hasta que Ileana se lo contó hace tres días. Le angustió un poco, pero no es lo mismo que lo sepa cuando ya terminó el tratamiento, con muy buenos resultados, que pasar por la preocupación que todos teníamos inicialmente de cuáles podrían ser los efectos en el organismo de Jorge, conociendo tantos cuentos de cómo la quimioterapia causaba estragos en los pacientes. Ahora sabemos que los efectos secundarios pueden ser muy bien controlados, y Jorge toleró perfectamente su tratamiento. Los resultados de sus exámenes han sido muy buenos, y el CT-PET mostró que no había ninguna actividad tumoral en su cuerpo. El CT-PET es un examen que, por medio de tomografía y un medio de contraste mide la actividad de células cancerosas a través de la absorción de glucosa. Al haber actividad cancerosa en algún lugar del cuerpo, la absorción de glucosa es mayor y eso puede verse claramente en las placas.
Al conocer el diagnóstico de Jorge, supimos que este tipo de linfoma es sumamente tratable. El llamado "no-Hodgkin", por el contrario es muy agresivo, mientras que éste responde muy bien al tratamiento. El linfoma de Hodgkin ataca los ganglios. No es operable. A Jorge se le planteó un programa de ocho ciclos de medicación de 21 días cada uno. Tuvo que ir al centro de quimioterapia de la Clínica La Floresta (donde me están tratando a mi también) a recibir quimio intravenosa cuatro veces dentro de cada ciclo (días 1, 2, 3 y 8). Allá pasaba entre 3 y 5 horas, dependiendo del día, pues las aplicaciones son diferentes cada vez. Además desde el día 1 al 14 tenía que tomar un poco de medicamentos por vía oral, y del día 15 al 21 descansaba. El plan es mucho más fuerte que el mío, porque en mi caso es preventivo: a mi me sacaron todas las células cancerosas al operarme, mientras que en el caso de él, los medicamentos tenían que matarlas todas.
La cosa ha sido más fuerte de lo que había contado hasta ahora, pero lo hemos enfrentado de la misma manera. Al conocer el diagnóstico de él nos asustamos más de lo que nos asustamos con el mío más tarde, pero nos dijimos "¡vamos a enfrentar esto y vamos a vencerlo!". Jorge ha mostrado una entereza increíble desde el primer momento, y ha trabajado intensamente para curarse. Él, que siempre ha sido un chamo sumamente despreocupado y hasta desordenado, lleva un archivo con todos los exámenes, informes, récipes, placas, etc. de su enfermedad, con un orden y una minuciosidad excepcionales. Él ha sido un ejemplo para mi: si se ha enfrentado a su cáncer de esa manera tan disciplinada, para su alimentación, para las tomas de sus medicamentos, y para todo lo demás, y sin flaquear en ningún momento, ¿cómo voy yo a actuar de otra manera? La familia toda ha cerrado filas para enfrentar la adversidad, y esto es algo que nos ha unido más todavía.
En ambos casos hemos oído que llaman a estos dos tipos de cáncer “gripes oncológicas”, por lo bueno del pronóstico después del tratamiento (así me lo ha dicho Julia, quien desde que supo de la enfermedad de Jorge nos ha ayudado muchísimo, ¡gracias una vez más!), así que pronto ambos serán recuerdos y enormes aprendizajes para todos.
Ese almuerzo del sábado en la Candelaria, y el del domingo aquí en casa, forman parte de las fiestas patronales para celebrar el fin de la terapia de Jorge, y que tendrán que seguir hasta que él ya pueda brindar con la champaña que tenemos en la nevera esperando ese momento.
Aquí está Jorge con la Dra. Arbona, el día de la primera consulta de control después de terminada la quimioterapia.
Una vez mas.... que alegria da leer este blog.
ResponderBorrarA la final fue super buena idea contarle a mi abuelita al final del tratamiento de Jorge, cuando de la preocupacion habra saltado a alegria, al saber que se recupero tan bien.
FELICITACIONES a todos los Vasquez-Perez y sus filiales, que este es un logro de todos Uds.
Besos, abrazos y amapuches,
Valeria
Nuevamente mis felicitaciones a Jorge!
ResponderBorrarY si Gran Gu! debo recordartelo! dentro de poco conseguiremos este blog en las paginas de cocina y no en las de quimioterapia!!!
No importa que los doctores no crean ni en el tomate de arbol ni en la sopa de pata. Yo soy de los que firmemente piensa que los doctores, en general, no saben nada de nada, asi que no les prestes mucha atencion y tomate tu asunto.
El risotto ese tiene papás y mamás camarones y papás y mamás vieiras. Creo que no le pondre mandarinas, asi que lo haria no mas con caldo de pollo y jugo de naranja. Ni idea de si queda rico o no o si es una barbaridad jajaja, a lo mejor lo pruebo antes, no sea cosa que sea un fiasco
Valeria:
ResponderBorrarElla claro que lloró un poquito, pero lo ha tomado muy bien, y está contenta de que Jorge esté tan bien.
Gracias por tus felicitaciones.
Besos
Ronald:
ResponderBorrarLe daré tus felicitaciones al Yorch.
Con lo de si es un blog de quimioterapia o de cocina, ¡no te imaginas lo que estoy encontrando en la novela de Vásquez-Montalbán, y que subiré pronto al blog! Cabría que le reclamaras a él si eso es una novela policíaca o un tratado de gastronomía.
¿Le vas a quitar las mandarinas al risotto de mandarinas? ¿por qué? ¡tan bonito que debe verse!
Un abrazo
Si,la verdad que un risotto de mandarina es algo asi como un gobierno sin ladrones o un ministerio sin corruptos (estoy hablando de otros gobiernos de otros paises, por si aparece la ley resorte por aca)
ResponderBorrarPodria reclamarle al Vásquez-Montalbán, pero no he leido la novela y ademas, a ti te tengo mas cerca! :P
Lo de quitarle las mandarinas, es que no estoy seguro ¿sabes? Mi cuaima dice que yo soy como el chefcito de ratatouille (a lo mejor por eso me gusto tanto) porque yo voy cocinando y voy oliendo y asi es que voy viendo que es lo que le falta y a pepa de nariz, pues sigue sin "pegarme" la mandarina con los camarones, a menos que esten muy dulces ¿no? Tengo mis dudas!!! DE resto, pues de nada mas pensar en ir poniendole al arroz el caldo de pollo con jugo de naranja calientico,pues me da asi como hambre jajaja
¿te autorizaron los granos ya? ES que hago un arroz con lentejas que uffffffff Ni yo me creo lo rico que me queda!
PD: pareciera, a estas alturas, imposible separar este blog de la gastronomia ¿abrimos una nueva categoria en google?
Fe de erratas (no de RATAS OK?)
ResponderBorraren mi anterior entrada, donde dice "Si,la verdad que un risotto de mandarina es algo asi como un" debe decir "Si,la verdad que un risotto de mandarina SIN MANDARINAS es algo asi como un"
Seguramente fueron los duendes del taller de impresion del blog :P
Hola Alejandro,
ResponderBorrarYa van casi dos meses desde que iniciaste este blog, y si revisamos desde los primeros escritos hasta ahora, le dan toda la razón a tibu, “dejo de ser un blog de quimioterapia” lo cual me parece excelente, ya que comentas de todas las cosas ricas de la vida (para ti la comida en primer lugar) nos enseñas, nos animas a conocer otros horizontes y además nos comunicas, a todos, que la vida sigue, además de la importancia de la fortaleza y unión de una familia y amigos para lograr superar estas pruebas tan difíciles.
Por lo de las plaquetas bajas es normal, la quimio se va acumulando y los valores van bajando y luego vuelven a subir (se parecen a los bonos PDVSA) a fuerza de: pata de pollo, fresas, moras, duraznos, tomate de palo, berro y cuanta cosa natural te digan, el poder de la mente, en este caso te digo “lo que no mata sube las plaquetas”, y tienen que estar super bajas para que te suspendan el tratamiento, como decía una doctora del grupo “los he visto mas feos y se casan”
Por supuesto Mil felicitaciones por Jorge, y me parece excelente que lo cuentes en este blog, alguien podría pensar que como no tenías mas problemas te dedicabas a la gastronomía y a escribir el blog.
Me parece bella la foto de Jorge y la Doctora, realmente transmiten la empatía que debe existir entre el médico y su paciente, es parte del éxito.
La gracias te las doy yo a ti, con este blog me pagas y te quedo debiendo mas de lo que "él que te conté a regalado"
Un gran abrazo a toda la familia,en especial a Jorge.
Julia
Tibu:
ResponderBorrar¡claro, aunque faltó "SIN MANDARINAS", estaba clarísimo lo que querías decir! Ese día tú será el chefcito, y tú decides cómo será el Risotto de Mandarinas: con o sin.
Hoy voy a incluir algunas citas de Vásquez Montalbán para que vayas viendo que es verdad que Camilleri se inspiró en Pepe Carvalho para su Montalbano.
Oficialmente no me han autorizado los granos, pero ya he comido lentejas un par de veces sin ningún problema. Las hago usualmente al curry, y las acompaño con un chutney de mango que hago, que me queda ¡más bueno! Tal vez los ingleses de Sharwood's se le acercan, pero ninguno de los hechos aquí me han gustado.
Leyendo el párrafo anterior temo que el tratamiento me está bajando, además de las plaquetas, la modestia, ¿no crees?
Un abrazo
Es verdad: ya van casi dos meses, así de rápido pasaron también los seis meses de terapia de Jorge. Cuando empieza, uno cree que va a ser larguísimo, y al final ¡ya pasó! Es verdad también que el blog se fue enriqueciendo con otras cosas además de la propia quimioterapia, ¡claro! porque como tú dices, la vida sigue, y con más ganas de disfrutar de ella. También hemos aprendido de todo esto que tenemos una fortaleza como familia que no conocíamos cabalmente porque nada la había puesto a prueba de esta manera.
ResponderBorrarRecientemente una buena amiga se enteró de mi cáncer, mi operación y mi quimio, y me escribió diciéndome que lamentaba esta pesadilla por la que estaba pasando. Le contesté dándole las gracias por su preocupación, pero que nunca había sentido esto como una pesadilla. Le expliqué cómo me sentía, y la invité a visitar el blog. Al día siguiente me contestó muy aliviada, diciéndome además que "las experiencias que compartes en el blog nos dejan un gran aprendizaje". No menciono su nombre (es profesora jubilada del IPC) porque ella prefirió no escribir aquí, sino contestarme a mi correo. Creo que esas otras experiencias comencé a incluirlas a partir de que me expresaste en un correo tu preocupación por "Alejandro persona, a veces me pregunto ¿cuántas horas le dedica Alejandro a todo lo que escribe y lee? ¿será que esta todo el día pensando en eso?". A partir de allí me atreví de hablar de mi vida cotidiana además de lo que tenía que ver estrictamente con el tratamiento. Así tú y los demás lectores podrían darse cuenta de que no estoy obsesionado con la enfermedad y el tratamiento, y que los momentos de celebración y de disfrute son absolutamente terapéuticos, además de muy sabrosos, claro: hay que recordar que los momentos de placer nos hacen producir endorfinas, y con ellas el sistema inmunológico se ve beneficiado.
Me tranquilizas con lo de los más bellos que también se casan, aunque no sé exactamente cuán bajo tienen que estar las plaquetas para obligar a interrumpir la terapia ¿?.
A mi me encanta esa foto. Las sonrisas de ambos son tan hermosas, y está plenamente captada la confianza y el apoyo que ella transmite con cada abrazo que te da.
Me das las gracias a mi, aunque como dije más arriba, tú tienes mucho que ver con el giro que el blog ha ido tomando.
Un fuerte abrazo, que ya el tuyo lo recibió la famila -la tropa- y especialmente Jorge.
Alejandro, espero que esto te llegue, sabes que no se respoonder en el blok. me ha hecho pensar en la limentaciós, para el que no sabe, me operaron del colon el 11/11/11l esstoy con folfok, desde la segunda quincena de diciembre, pero sobre comodas , me dijo el médico, de todo em plato de postre, i sea quehoy comí una rica paella hecha por mi esposo, debo comer muy bien MENOS naranjas, mandarinas y limones, o sea nada de citricos, estoy en Argentina San Luis cariños para todos Emilia
BorrarEmilia:
ResponderBorrar¡Gracias por escribir aquí! Dices que no sabes responder en el blog, pero ya aprendiste, evidentemente.
Espero que lo que te queda de tratamiento lo puedas llevar tan bien como hasta ahora: ya falta menos de la mitad.
Te escribiré a tu correo para enviarte la dirección de otra amiga argentina, Claus, a quien también conocí a través del blog. En mi visita a Buenos Aires en junio de 2008 pasamos un sabroso rato juntos en Esquina Homero Manzi. En estos días ella está en Venezuela, donde vino invitada a la boda de unos amigos.
Un abrazo,
Alejandro