¡Día de madrugar! Hoy martes (día 9) tenía que hacerme un TAC de abdomen y pelvis, y para hacérmelo en el Urológico de San Román hay que estar de madrugada. No hace falta pedir cita, pero si uno llega a las 7 a.m. ya hay un gentío. Como aprendimos eso con Jorge, pues siempre tratamos de estar allí a las 5:30 a.m. para estar de primeros. Así fue. Después de tomar el ticket con el numerito, como en la carnicería, a esperar ahí medio dormidos hasta que empiecen a llamar. Cuando lo hicieron: "¿quién es el primero?", digo: "¡yo tengo el 33!", y de nó sé dónde salió un tipo que no estaba por todo eso: "yo tengo el 30". Supongo que llegó más temprano que yo, cogió su número y se fue a dormir. Después sí pasé yo, no había nadie con el 31 ni el 32.
Salí del examen como a las 10, desayunamos en el cafetín de la clínica y pasamos por la consulta del Dr. Tomás Vethencourt, nuestro gastroenterólogo, pues Carmen tiene pendiente una cita para colonoscopia en noviembre y se enteró de que ya Sicoprosa, el seguro de PDVSA ya no tiene relaciones con él. Con la secretaria del doctor pudimos cambiar la cita del Urológico para el Centro Diagnóstico Docente de Las Mercedes, pues allí podemos cubrirlo por mi seguro del IPP-UPEL.
De allí nos acercamos al consultorio del Dr. Agudo, quien fue el que diagnosticó el linforma de Jorge, para pedir una cita con él, para cerrar ese ciclo con él y mostrarle los resultados del CT-PET después del tratamiento. Quedamos para mañana miércoles a mediodía. Pudimos hablar con él un momento y le dijimos que Jorge estaba muy bien.
Pasamos por Locatel a comprar algunas medicinas que necesitábamos, y seguimos para la casa a felicitar a Jorge por su cumpleaños (28) y a darle su regalo: un libro sobre Tintin ¿Eres tintinólogo?, que tiene un montón de pruebas para verificar cuánto sabes sobre Tintin. Jorge tiene todos sus libros, pero le ha costado bastante responder algunas de las preguntas.
Llegamos casi a mediodía, preguntándonos ¿y qué vamos a cocinar? No había mucho en la nevera dónde escoger, así que, siendo el cumpleaños de Jorge, nos fuimos a comer afuera. Hace unas semanas tuvimos la intención de ir a conocer la Cocina de Francy, pero se hizo tan tarde que terminamos comiendo sandwiches en Rey David. Hoy sí fuimos, y valió la pena. El sitio es muy agradable: al entrar te recibe un aroma de clavo que invade todo el restaurant (después supe que era clavo, canela, vainilla y laurel, que mantienen en agua en una olla arrocera), y la comida es estupenda. Comimos Polvorosa de pollo (Carmen, tenía desde que nos hablaron de este sitio mucho interés en probarla); pastel de chucho (Jorge); y mero en salsa de ají dulce y coco (yo - sanito). Todo estaba riquísimo. En la carta hay muchos otros platos de la cocina mantuana: sopa de rabo, bollos pelones, pebre de pollo, corbullón de mero o de salmón... ¡para volver!
El miércoles (día 10) fui en la mañana a ayudar a Enrique, mi hermano, con un problemita que tenía con su computadora. Como su oficina está cerca de la Clínica La Floresta, al regreso pasé por allá a retirar el presupuesto por la octava sesión de quimioterapia que comienza el próximo lunes, para enviarla por fax a Sicoprosa. El presupuesto estaba hecho pero no firmado. La Sra. Elizabeth, quien se encarga de la parte administrativa, me ofreció enviarlo ella cuando lo tuviese firmado. Yo tenía pendiente enviar los presupuestos por las sesiones seis y siete, pero no había podido instalar el programa de fax en mi computadora.
Regresé a la casa a buscar a Carmen y Jorge para ir a la consulta con el Dr. Agudo. Llegamos al Urológico como a la 1. No tuvimos que esperar mucho, aunque el día anterior el doctor nos había dicho que fuéramos como a las 12:30, "con paciencia". Se alegró mucho de ver a Jorge tan bien y de saber que sus resultados eran muy buenos. Le hizo un examen físico bien detallado y lo encontró muy bien. Le dijo que volviera en seis meses, ya que la Dra. Arbona va a seguir controlándolo mensualmente. Le agradecimos mucho el interés que mostró en el caso de Jorge desde el principio, facilitándonos el contacto con Arsuve y, en particular, con la Dra. Arbona. Le hicimos saber también lo importante que había sido para nosotros el que le dijera a Jorge el día que le dio el diagnóstico: "eso es serio, pero es 100% curable". Aunque no es una persona muy expresiva, se manifestó conmovido por nuestras palabras.
En la tarde, despué de mucho luchar infructuosamente con el programa de fax, pude enviar los presupuestos usando la portátil, donde sí pude instalarlo sin problema. ¡Mañosas que se ponen esas máquinas a veces!
Más tarde acompañé a Carmen al odontólogo. La espera fue larguísima: la cita era a las 5, y Carmen por fin entró a la sala de torturas casi a las 7:30. ¡El paciente anterior llegó tarde!, ¿y qué culpa tiene el que sí llega a su hora de eso? Después de llegar a la casa, casi a las 9, caí en la cuenta de que había dejado embarcada a mi alumna de Finale, con quien tenía una clase a las 4. ¡Qué peeena!
Salí del examen como a las 10, desayunamos en el cafetín de la clínica y pasamos por la consulta del Dr. Tomás Vethencourt, nuestro gastroenterólogo, pues Carmen tiene pendiente una cita para colonoscopia en noviembre y se enteró de que ya Sicoprosa, el seguro de PDVSA ya no tiene relaciones con él. Con la secretaria del doctor pudimos cambiar la cita del Urológico para el Centro Diagnóstico Docente de Las Mercedes, pues allí podemos cubrirlo por mi seguro del IPP-UPEL.
De allí nos acercamos al consultorio del Dr. Agudo, quien fue el que diagnosticó el linforma de Jorge, para pedir una cita con él, para cerrar ese ciclo con él y mostrarle los resultados del CT-PET después del tratamiento. Quedamos para mañana miércoles a mediodía. Pudimos hablar con él un momento y le dijimos que Jorge estaba muy bien.
Pasamos por Locatel a comprar algunas medicinas que necesitábamos, y seguimos para la casa a felicitar a Jorge por su cumpleaños (28) y a darle su regalo: un libro sobre Tintin ¿Eres tintinólogo?, que tiene un montón de pruebas para verificar cuánto sabes sobre Tintin. Jorge tiene todos sus libros, pero le ha costado bastante responder algunas de las preguntas.
Llegamos casi a mediodía, preguntándonos ¿y qué vamos a cocinar? No había mucho en la nevera dónde escoger, así que, siendo el cumpleaños de Jorge, nos fuimos a comer afuera. Hace unas semanas tuvimos la intención de ir a conocer la Cocina de Francy, pero se hizo tan tarde que terminamos comiendo sandwiches en Rey David. Hoy sí fuimos, y valió la pena. El sitio es muy agradable: al entrar te recibe un aroma de clavo que invade todo el restaurant (después supe que era clavo, canela, vainilla y laurel, que mantienen en agua en una olla arrocera), y la comida es estupenda. Comimos Polvorosa de pollo (Carmen, tenía desde que nos hablaron de este sitio mucho interés en probarla); pastel de chucho (Jorge); y mero en salsa de ají dulce y coco (yo - sanito). Todo estaba riquísimo. En la carta hay muchos otros platos de la cocina mantuana: sopa de rabo, bollos pelones, pebre de pollo, corbullón de mero o de salmón... ¡para volver!
El miércoles (día 10) fui en la mañana a ayudar a Enrique, mi hermano, con un problemita que tenía con su computadora. Como su oficina está cerca de la Clínica La Floresta, al regreso pasé por allá a retirar el presupuesto por la octava sesión de quimioterapia que comienza el próximo lunes, para enviarla por fax a Sicoprosa. El presupuesto estaba hecho pero no firmado. La Sra. Elizabeth, quien se encarga de la parte administrativa, me ofreció enviarlo ella cuando lo tuviese firmado. Yo tenía pendiente enviar los presupuestos por las sesiones seis y siete, pero no había podido instalar el programa de fax en mi computadora.
Regresé a la casa a buscar a Carmen y Jorge para ir a la consulta con el Dr. Agudo. Llegamos al Urológico como a la 1. No tuvimos que esperar mucho, aunque el día anterior el doctor nos había dicho que fuéramos como a las 12:30, "con paciencia". Se alegró mucho de ver a Jorge tan bien y de saber que sus resultados eran muy buenos. Le hizo un examen físico bien detallado y lo encontró muy bien. Le dijo que volviera en seis meses, ya que la Dra. Arbona va a seguir controlándolo mensualmente. Le agradecimos mucho el interés que mostró en el caso de Jorge desde el principio, facilitándonos el contacto con Arsuve y, en particular, con la Dra. Arbona. Le hicimos saber también lo importante que había sido para nosotros el que le dijera a Jorge el día que le dio el diagnóstico: "eso es serio, pero es 100% curable". Aunque no es una persona muy expresiva, se manifestó conmovido por nuestras palabras.
En la tarde, despué de mucho luchar infructuosamente con el programa de fax, pude enviar los presupuestos usando la portátil, donde sí pude instalarlo sin problema. ¡Mañosas que se ponen esas máquinas a veces!
Más tarde acompañé a Carmen al odontólogo. La espera fue larguísima: la cita era a las 5, y Carmen por fin entró a la sala de torturas casi a las 7:30. ¡El paciente anterior llegó tarde!, ¿y qué culpa tiene el que sí llega a su hora de eso? Después de llegar a la casa, casi a las 9, caí en la cuenta de que había dejado embarcada a mi alumna de Finale, con quien tenía una clase a las 4. ¡Qué peeena!
Una musiquita: del disco "Piano jazz venezolano" de Prisca Dávila, "El viejo puente en La Pastora", un merengue de Gerry Weil.
5:30? ALLA a las 5:30? nooo chamo que va! la unica forma que yo llegue alla a esa hora es que me emparrande y siga de largo, pero ¿levantarme? noooooooo Tengo que felicitarte por la voluntad! Imagino que el desayuno del cafetin no tuvo nada de extraordinario ¿por que los cafetines de hospitales y clinicas no venden cosas exquisitas? ¿por que si uno tiene un familiar o amigo enfermo, o uno mismo, pues tiene que conformarse con matar el hambre y no con comer bien? Es un misterio ¿abrimos una franquicia Gran Gu?
ResponderBorrarExtiendele mi felicitacion al chamo Yorch!
8 Gran Gu!!! te falta poco!
¿como va el planeamiento de tu nuevo blog o pagina web de cocina y comidas?
¿polvorosa de pollo? ¿en que consiste el plato?
El cafetín tiene unas empanadas chilenas que no están mal, pero esta vez comimos unas arepitas con queso amarillo y jamón (Carmen, yo sólo queso). Las arepas estaban bien buenas, por cierto.
ResponderBorrarPero mejor para comer, y de hecho el miércoles comimos allí con Jorge después de la consulta, es un café que está al lado de la clínica, El Café del Nonno. Sin ser una maravilla, se come decentemente.
No he pensado mucho todavía en el blog que me propusiste, pero seguramente al terminar la quimio, me hará falta seguir escribiendo.
¿La polvorosa de pollo? Es un plato de la cocina venezolana que creo que viene desde la colonia. Es como un pastel con una masa parecida a las polvorosas, pero salada, rellena con un guiso que lleva su buen punto de dulce que le da el papelón, el vino y las pasitas. Lleva también aceitunas rellenas. Como ves, el relleno recuerda algo al de las hallacas. En internet conseguirás muchas versiones de la receta, y Armando Scannone la tiene en Mi Cocina a la manera de Caracas.
ya consegui varias. Si me queda presentable, pues te invito luego jijiji Primero, tengo que experimentar!!!
ResponderBorrarOk. Después de que pruebes, me cuentas.
ResponderBorrarUn abrazo