Hoy tenía reunión en la Dirección de Informática de la UPEL, pero al convocarme me habían advertido que pocos habían confirmado su asistencia y me sugerían llamar antes de salir para allá por si acaso. De todas maneras, me convenía ir para conversar con el administrador de la red para tratar de resolver unos problemas todavía pendientes en la instalación del Registro de Investigadores (RAIP-UPEL). Poco después de las 8 insistí con la farmacia del Domingo Luciani, y todavía nada que llega el oxaliplatino. Más tarde llamé a Informática y me dijeron que habían confirmado varios, y me fui para allá.
Llegando a la Dirección de Informática la reunión no había comenzado formalmente, así que saludé y me acerqué a la oficina del administrador de la red y conversamos sobre los problemas todavía no resueltos y logramos entender la causa de ellos. Tuvimos que hacer algunas modificaciones en la base de datos, y la cosa funcionó. Falta hacer todavía algunos cambios, pero ya entendimos dónde estaba el problema. Ya por eso valió la pena el viaje hasta Catia (la Dirección de Informática está en un edificio de oficinas de la UPEL que está al lado de la estación de Metro Pérez Bonalde).
A la reunión finalmente no fuimos muchos, pero adelantamos algo. Posiblemente tendré que ir a Rubio (Estado Táchira, donde funciona uno de los ocho institutos pedagógicos de la universidad) a presentar junto con otros de los miembros de la Comisión para la Virtualización Académica de la UPEL el proyecto para la implantación de una plataforma para la administración de cursos en línea. Algo en lo que la UPEL está retrasada, y que es sumamente importante para una universidad como la nuestra que está tan dispersa por todo el país.
Conseguí algo de cola regresando a casa, pues había una calle cerrada en Los Chaguaramos debido a unos trabajos. Eso me demoró y llegué después de la una. A las tres tenía que dejar a Carmen en el odontólogo (el Twingo, el carro que ella maneja se lo llevó Diego porque a su carro le tocaba hoy pico-y-placa en Baruta). Comí unas caraotas que Carmen preparó, mientras ella se bañaba (ya había almorzado con Jorge).
La dejé, pues, en el odontólogo. Ella llamaría a Jorge cuando hubiera terminado para que la fuera a buscar. Seguí para mi clase de Finale: no podía volver a embarcar a mi alumna.
Llegando a la Dirección de Informática la reunión no había comenzado formalmente, así que saludé y me acerqué a la oficina del administrador de la red y conversamos sobre los problemas todavía no resueltos y logramos entender la causa de ellos. Tuvimos que hacer algunas modificaciones en la base de datos, y la cosa funcionó. Falta hacer todavía algunos cambios, pero ya entendimos dónde estaba el problema. Ya por eso valió la pena el viaje hasta Catia (la Dirección de Informática está en un edificio de oficinas de la UPEL que está al lado de la estación de Metro Pérez Bonalde).
A la reunión finalmente no fuimos muchos, pero adelantamos algo. Posiblemente tendré que ir a Rubio (Estado Táchira, donde funciona uno de los ocho institutos pedagógicos de la universidad) a presentar junto con otros de los miembros de la Comisión para la Virtualización Académica de la UPEL el proyecto para la implantación de una plataforma para la administración de cursos en línea. Algo en lo que la UPEL está retrasada, y que es sumamente importante para una universidad como la nuestra que está tan dispersa por todo el país.
Conseguí algo de cola regresando a casa, pues había una calle cerrada en Los Chaguaramos debido a unos trabajos. Eso me demoró y llegué después de la una. A las tres tenía que dejar a Carmen en el odontólogo (el Twingo, el carro que ella maneja se lo llevó Diego porque a su carro le tocaba hoy pico-y-placa en Baruta). Comí unas caraotas que Carmen preparó, mientras ella se bañaba (ya había almorzado con Jorge).
La dejé, pues, en el odontólogo. Ella llamaría a Jorge cuando hubiera terminado para que la fuera a buscar. Seguí para mi clase de Finale: no podía volver a embarcar a mi alumna.
asi que te sale viaje para gochilandia? Si vas,please, avisame, a ver si, por favor, me traes un jarabe de frailejon morado. Se consigue en merida, pero me dijeron que en los pueblos de tachira tambien se conseguia. Es buenisimo para la tos.
ResponderBorrar¿como va el asunto de los sabores por lo del tratamiento?
Sí, parece que viajaré a Gochilandia, pero no será por ahora. Debe ser a comienzos de 2008. Buscaré ese jarabe.
ResponderBorrarLo de los sabores no ha cambiado mucho. Sigo sintiendo la lengua como quemada. Afortunadamente el salado y el dulce están como atenuados, pero no siento mal sabor.
Un abrazo.
asi que echando carro Gran Gu? No fui el sabado al Pakua chamo. El viernes llegaron el juego de dormitorio y las sillas del comedor que te comente que habia encargado y la casa era un absoluto desastre, asi que nos quedamos a arreglar
ResponderBorrarcomo anda todo?
Echando carro con el blog, sí, pero con el chi-kung no. Este sábado sí fuimos. Alcira me contó de los muebles y que estuviste cargándolos por las escaleras, y que temía por tu espalda. ¿No te pegaron los dolores?
ResponderBorrarTodo va bien, aunque esta mañana los resultados indicaron que las plaquetas bajaron más que nunca. Me los había hecho ayer y la Dra. Vivas me dijo que me los repitiera hoy. Habían subido de 93,5 (ayer) a 103, pero sigue siendo bajo. Ella no cree en sopas de sardinas ni de pat'e pollo (Arbona tampoco). La verdad es que la semana pasada tomé agua de coco y tomate de palo, pero ni una sopita. Ya esta noche me tomé una de sardina que quedaba en el congelador, y mañana voy a ver si consigo más sardinas. Si no, cabezas de carite y cangrejos. Tengo unos poquitos de pat'e pollo congelados también.
Un abrazo
Uf! bajaron muchisimo! Te sale intensivo chamo y durisimo! No importa que ellas no crean en eso, lo importante es que funciona. Aprovecha y metete tambien tu sopita de pescado en leche de coco que esa tambien es candela ¿la pruebas con el roncador y me cuentas? Metete tus raciones de sopa y de tomar jugo de tomate' palo chamo
ResponderBorrarA mi no me pego para nada el asunto de los muebles en la espalda. Siempre y cuando cargue bien el peso (utilizando las piernas y no la columna como hacia antes), pues no me pasa nada. Es mas, al otro dia volvi a cargar peroles porque las cosas viejas se las llevo mi cuñada para au apto de la playa
Sí, Tibu, ¡intensivo! Jorge ya me echó mi regaño por descuidarme con las sopas. Ya he contado lo riguroso que él fue con su tratamiento.
ResponderBorrarMe alegra que la espalda no te echó broma con esa cargada de muebles (OJO: dije bien cargada, no otra cosa.
Un abrazo