El martes 11 fui a hacerme la colonoscopia de control (ya hacía seis meses de la última). Resultó que, después de una semana tomando laxante, un día de dieta líquida y los desagradables Fleet (oral y enema) la preparación no fue suficiente. Claro, me entero de eso luego de despertarme de la sedación completa bajo la que me hacen el estudio. ¡Tiempo y esfuerzo perdido! Debo prepararme nuevamente para el jueves 20: redoblar el laxante, dos días de dieta líquida e intentarlo de nuevo. Pudo hacerse entonces la colonoscopia. Se encontró un pólipo de 0,5 cm (de aspecto benigno), que se retiró y se envió a patología para hacer una biopsia y otro de más de 1 cm que no pudo ser retirado porque ¡la preparación todavía no fue suficiente! El gastroenterólogo me dio cita para el 8 de septiembre para revisar los resultados de la biopsia.
El jueves 13 me hice tomografía de abdomen y pelvis y placa de tórax. Los resultados estuvieron listos una semana después. Todo bien. La tomografía indica eventración (la que ya fue resuelta quirúrgicamente, pero la malla no se ve en las imágenes tomográficas). De resto, resultados normales.
El viernes 21 fui al laboratorio a hacerme los exámenes de sangre. No me di cuenta de que la orden del Dr. Salazar incluía también orina y heces y no llevé esas muestras, así que debí volver el lunes en la mañana a llevarlas.
Ambas visitas al laboratorio estuvieron coronadas por experiencias gastronómicas: como nos es habitual, el viernes después de la toma de sangre fuimos a desayunar en Arepa Factory, de la que ya he escrito anteriormente aquí. Allí tenemos servicio personalizado, gracias a la amistad de mi hermano Enrique (que trabaja en el vecindario) con Maribel, la encantadora empleada que toma las órdenes en la arepera. En lugar de llamarnos por número como a todo el mundo, anuncia por el micrófono "Sr. Alejandro...". Comí una cabresa (queso de cabra, albahaca, tomate y aceite de oliva), y Carmen una capresa de berenjena. Siempre excelentes las arepas, al igual que el café. El lunes fui al laboratorio cerca del mediodía, y como había quedado con unos amigos del Pedagógico en encontrarnos en el restaurant Panini para almorzar, atravesé la Av. Francisco de Miranda y caminé hasta allá; son unas pocas cuadras. Tienen una carta bastante amplia de ensaladas, pastas, pizzas, algunos platos de carne y pescado. Pedí una pasta bucanera, con camarones, calamares y almejas. Estaba bien, pero nada impresionante. Acompañamos con un Valpolicella, sorprendentemente más barato que los chilenos en la misma carta de vinos. Fresco, pero tampoco impresionante.
Al pasar dejando las muestras, ya estaban listos los resultados del examen de sangre: todos los valores muy bien, especialmente el antígeno carcinoembrionario (0,6 contra 1,0 que tenía en febrero), el antígeno prostático (0,98, muy lejos de 4 que es el límite de seguridad; en febrero tenía 0,91) y el colesterol y los triglicéridos que nunca había tenido tan bajos (189 y 58, respectivamente). Estos últimos valores los atribuyo a nuestra nueva dieta y al ejercicio, que sigo haciendo regularmente (tal vez tenga que ver también con las propiedades del vino tinto, je je).
El martes a las 4:30 recogí los resultados que faltaban y me anuncié en ARSUVE. Pasamos a la consulta poco después de las 5. La enfermera me pesó (81,900), y me midió la temperatura y la presión sanguínea (de chamo: 11 - 8). La Dra. Arbona (esta vez no hubo sorpresas: no me cambiaron a otro oncólogo) me encontró muy bien, me confirmó que no hay tal eventración, que la malla está en su lugar y me felicitó por los valores sanguíneos. Me dijo que valdría la pena no esperar a tener el resultado de la biopsia del primer pólipo para extraer el segundo, sobre todo teniendo en cuenta que vamos a viajar pronto y después del 8 ya no tendría tiempo de hacerlo, así que al día siguiente llamé al Dr. Vethencourt (mi gastroenterólogo) y fijamos para el mismo 8 la nueva colonoscopia. ¡Tendré que prepararme mejor todavía!
El jueves 13 me hice tomografía de abdomen y pelvis y placa de tórax. Los resultados estuvieron listos una semana después. Todo bien. La tomografía indica eventración (la que ya fue resuelta quirúrgicamente, pero la malla no se ve en las imágenes tomográficas). De resto, resultados normales.
El viernes 21 fui al laboratorio a hacerme los exámenes de sangre. No me di cuenta de que la orden del Dr. Salazar incluía también orina y heces y no llevé esas muestras, así que debí volver el lunes en la mañana a llevarlas.
Ambas visitas al laboratorio estuvieron coronadas por experiencias gastronómicas: como nos es habitual, el viernes después de la toma de sangre fuimos a desayunar en Arepa Factory, de la que ya he escrito anteriormente aquí. Allí tenemos servicio personalizado, gracias a la amistad de mi hermano Enrique (que trabaja en el vecindario) con Maribel, la encantadora empleada que toma las órdenes en la arepera. En lugar de llamarnos por número como a todo el mundo, anuncia por el micrófono "Sr. Alejandro...". Comí una cabresa (queso de cabra, albahaca, tomate y aceite de oliva), y Carmen una capresa de berenjena. Siempre excelentes las arepas, al igual que el café. El lunes fui al laboratorio cerca del mediodía, y como había quedado con unos amigos del Pedagógico en encontrarnos en el restaurant Panini para almorzar, atravesé la Av. Francisco de Miranda y caminé hasta allá; son unas pocas cuadras. Tienen una carta bastante amplia de ensaladas, pastas, pizzas, algunos platos de carne y pescado. Pedí una pasta bucanera, con camarones, calamares y almejas. Estaba bien, pero nada impresionante. Acompañamos con un Valpolicella, sorprendentemente más barato que los chilenos en la misma carta de vinos. Fresco, pero tampoco impresionante.
Al pasar dejando las muestras, ya estaban listos los resultados del examen de sangre: todos los valores muy bien, especialmente el antígeno carcinoembrionario (0,6 contra 1,0 que tenía en febrero), el antígeno prostático (0,98, muy lejos de 4 que es el límite de seguridad; en febrero tenía 0,91) y el colesterol y los triglicéridos que nunca había tenido tan bajos (189 y 58, respectivamente). Estos últimos valores los atribuyo a nuestra nueva dieta y al ejercicio, que sigo haciendo regularmente (tal vez tenga que ver también con las propiedades del vino tinto, je je).
El martes a las 4:30 recogí los resultados que faltaban y me anuncié en ARSUVE. Pasamos a la consulta poco después de las 5. La enfermera me pesó (81,900), y me midió la temperatura y la presión sanguínea (de chamo: 11 - 8). La Dra. Arbona (esta vez no hubo sorpresas: no me cambiaron a otro oncólogo) me encontró muy bien, me confirmó que no hay tal eventración, que la malla está en su lugar y me felicitó por los valores sanguíneos. Me dijo que valdría la pena no esperar a tener el resultado de la biopsia del primer pólipo para extraer el segundo, sobre todo teniendo en cuenta que vamos a viajar pronto y después del 8 ya no tendría tiempo de hacerlo, así que al día siguiente llamé al Dr. Vethencourt (mi gastroenterólogo) y fijamos para el mismo 8 la nueva colonoscopia. ¡Tendré que prepararme mejor todavía!
VAMOS ESOS RESULTADOS SON FORMIDABLES, EL CANGREJO ESTA MAS QUE ELIMINADO., Y SI ESTA POR ALGUN LADO ESCONDIDO, QUE SALGA DENTRO DE MUCHOS PERO QUE MUCHOS AÑOS., UN SALUDO.
ResponderBorrarJOSE ORTIZ
LA MANGA DEL MAR MENOR
ESPAÑA
Hola, José
ResponderBorrarGracias por tu comentario. Deseo que así sea: que si está escondido por allí que no salga sino dentro de mucho, ¡y mejor que ni esté por todo eso!, ja ja. ¡Los "cangrejos", para darle sabor a la sopa de pescado, o para comerlos rellenos!
No sé si leíste mi respuesta a tu último comentario en el post de la Procesión de la Divina Pastora.
Por otra parte, me alegra que cada vez eres menos "Anónimo" para nosotros: ya podemos ubicarte en el mapa (en realidad, en Google Earth). Estuve viendo dónde queda La Manga del Mar Menor. Parece muy bello el sitio donde vives.
Un abrazo